“En su propia inspiración: Las trovadoras de Puerto Rico” es el título provisional del proyecto de documental en vídeo HD sobre las trovadoras de la décima de Puerto Rico. El documental presentará, a la vez que la aportación de las mujeres puertorriqueñas al desarrollo y promoción del género de la décima, la historia de la décima desde la perspectiva de mujeres que fueron parte de su evolución como género popular y literario, desde sus orígenes en España.
En la presente etapa debemos complementar el financiamiento para el desarrollo del proyecto y producir las entrevistas a Luz Celenia Tirado (la Jíbara de las Lomas). Hasta la fecha se han realizado pre-entrevistas en audio a dos trovadoras, se ha hecho acopio de gran parte del material de archivo para la elaboración del guión y que se usarán en la posproducción. Se han indentificado lugares para la videograbación y se ha elaborado un tratamiento preliminar. El tratamiento y guión están a cargo de Myriam Fuentes. Fuentes realizó recientemente una investigación sobre el tema de la décima trovada para el ensayo de la producción en CD “La décima de Espinel, la trova de Puerto Rico”. Fuentes dirigió y coprodujo el documental “La décima borinqueña” (2005) que versó sobre la Mesa Redonda, una tradición decimal en la región este de la Isla.
Trasfondo
Los orígenes de la décima en Puerto Rico pueden rastrearse hasta al segundo siglo de la colonización española de la Isla, pues ya en el siglo 17 y montada sobre el impulso del barroco español la décima espinela viajó desde la peninsula como género tanto popular culto. Más de tres siglos después, la décima sigue siendo una de las principales expresiones de la música folclórica y popular de Puerto Rico. Por pertenecer, al género de la poesía y al ámbito de la narración y de la comunicación, la décima puertorriqueña es un repositorio de temas y sentimientos colectivos e individuales de interés social e histórico. En este proyecto nos interesa documentar esa expresión en su vertiente femenina, específicamente según la visión de las trovadoras que serán incluídas en el documental.
El verso de la décima
La décima es una composición poética de diez versos octosílabos. Existe una variante de seis silabas usada en villancicos o aguinaldos, pero que en Puerto Rico se usa también con temas generales y se le conoce como decimilla. Siendo que el octasílabo es el verso que mejor corresponde con los patrones rítmicos de las expresiones folclóricas en lenguas de España es, también, el metro de los proverbios y refranes populares de los pueblos de habla hispana. El octosílabo posee un antiguo linaje que puede ser rastreado hasta el siglo 6 E.C. Atravesó la poesía muzárabe de los siglos 11 y 12, para convertirse en el verso de las épicas medievales y ser rejuvenecido en las baladas y romances de los sigos 14 y 15. La adopción de versos octosílabos entre los trovadores de la corte de Castilla ha sido rastreada a los inicios del siglo 15 cuando las coplas de Manrique adquirieron gran circulación. Los cancioneros españoles del renacimiento recogieron también el verso octosílabo a pesar de la embestida del verso endecasílabo, favorito del movimiento renacentista. El octasílabo se remontó al Siglo de Oro en la novela de Cervantes, en la poesía de Espinel, en el teatro de Lope de Vega, para nombrar sólo tres de los más importantes exponentes de la época.
La décima como glosa y trova
Como estrofa para la trova o canción, la décima posee también un antiguo linaje. A la décima popular de hoy le antecede el formal desarrollo de la glosa, esto es, la costumbre de amplificar, interpretar o “glosar” sobre una estrofa corta. Ya en los siglos 10 y 11 moros y sefardís del sur de España componían moaxajas y zejeles, ambas composiciones glosadas en torno a una breve estrofa. Las moaxajas era poemas de arte mayor glosados alrededor de un refrán en estrofa llamada jarcha o partida (refranes de dos o cuatro versos). Las jarchas, tenidas por antecesoras del lirismo románico eran usualmente circuladas en boca de mujer. El zejel, favorito de poetas hebreo-castellanos y europeos, es un poema de arte menor que presta la letra a la canción zejelesca. Parte, también, de un refrán de dos versos que es glosado por cuartetas encadenadas al rimar con el refrán (mudanzas). La evolución de la glosa pasó también por las cantigas de estribillo o de refrán que fueron de origen lusitano-galicio -entre ellas las cantigas de amigo, poemas de amor femenino- que surgieron del corazón de la tradición popular y alcanzaron su cúspide en las Cantigas de Santa Máría de Alfonso X.
El romance o balada fue otro vehículo con el cual las mujeres del pueblo expresaron emociones y perspectivas transferidas de generación en generación. Entre los poemas eruditos que glosan refranes populares y los inserta en la tradición del mester de clerecía se encuentra el canto de vigilia “Cantica Ella Velar” en El duelo de la Virgen de Gonzalo de Berceo, ocasión en que la figura central es femenina. En el siglo 14 y en la cima de la literatura medieval, El libro del buen amor del Arcipreste de Hita- obra maestra del mester de clerecía incluye décimas de seis y de ocho versos dedicados también al culto mariano. Terminando el siglo 15 y habiendo el antiguo ideario del amor cortesano cedido ante la idea del amor del populacho y a los temas familiares y cotidianos, florecen los géneros de debate expresados en preguntas y respuestas al estilo de los antiguos perqués. A menudo estas controversias oponían la perspectiva masculina y femenina en temas relativos a las relaciones entre los sexos. Las coplas populares heredadas de antaño fueron también reelaboradas en baladas y romances también muchas en boca de mujer, como la “Balada de la bastarda y el segador”.
A la altura del siglo 17 o barroco español, la décima se convierte en género popular por excelencia en España y en sus colonias americanas. Fue el escritor y músico Vicente Martínez Espinel (1550-1624) quien, al incluirlas en su famoso poemario Diversas rimas, prestigió la décima con rima formulada mediante dos redondillas unidas por un puente central: abba-ac-cddc. Fue Lope de Vega quien la llamó espinela, en honor a su maestro, y quien mayor esfuerzo hizo por promoverla en competencias populares tan en boga en la península.
El Siglo de Oro español se acreditó también las primeras dos mujeres escritoras de reconocimiento y de oficio en la historia de la península de las que se tenga noticia: María de Zayas y Sotomayor (Madrid, 1590 – 1661) y Ana Caro de Mallén (Sevilla, 1590-1560). De Zayas gozó de gran popularidad en los siglos 17 y 18 por sus novelas y otros escritos que se distinguen por incorporar la violencia contra la mujer en el contexto del “sistema de género” patriarcal español y de la Inquisición. Su amiga entrañable fue la segunda escritora de relieve en el período, Ana Caro de Mallén, dramaturga y poeta, autora de las Décimas a Doña María de Zayas y Sotomayor de 1638. Caro escribió también las Décimas en elogio de D. Francisco Salado Garces y Ribera (1640).
El sitial que disfrutó la décima en la poesía hispanoamericana del siglo 17 tambien estuvo asociado a otra mujer: la mexicana, Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), quien cuenta entre sus proezas literarias el haber sido vencedora en un justa de improvisación de décimas.
La crisis general que atravesó España en el siglo 17 bajo la monarquía imperial de Felipe IV dio lugar a una amplia discusión entre los escritores de la época, quienes inauguraron una literatura de masas por medio de pliegos sueltos que fueron antesala del periodismo español y en los que la décima hace presencia como vehículo de información. El historiador Salvador Brau ofrece una de las primeras evidencias de la presencia de la décima en Puerto Rico a finales del siglo 17, publicadas también a modo de pasquín. Se trata de décimas en defensa del gobernador y capitán general Gaspar Martínez de Andino durante su encarcelamiento en San Felipe del Morro. Para el siglo 19 abundan los registros del uso de la décima en la Isla y de la profusión de improvisadores de la espinela en concursos de trovadores, así como de su uso como instrumento de información y protesta política durante las últimas dos décadas de final de siglo, particularmente con motivo de los compontes y de la guerra de independencia cubana: “no hay mal que dure cien años / ni cuerpo que lo resista”.
La preeminencia de la décima en el folclor puertorriqueño en el entresiglos del 19 y el 20 quedó verificada por el antropólogo J. Alden Mason, quien en 1910 recogió, escritas y grabadas, cientos de décimas anónimas en la Isla las que se publicaron en el Journal of American Folklore. Es notable que entre éstas se encontraron menos de una decena de décimas en voz femenina o de tema femenino, mientras que, al contrario, el material encontrado por Mason incluye una buena cantidad de nanas y de baladas de tema femenino y doméstico. Clotilde Calderón es el único nombre de mujer en la lista de cantores grabados por Mason. Lo anterior parece indicar que en Puerto Rico, a la fecha, la décima folclórica era de virtual dominio exclusivo de varones.
En la década de los 1930 dos corrientes favorecen el cultivo de la décima tanto en el ámbito culto como en el popular. La primera, el que una generación de jóvenes intelectuales prestos a tomar las riendas del país busca reformular la definición de lo que es ser puertorriqueño y al hurgar en las formas folclóricas de linaje español privilegian la décima. Poetas cultos como Llorens Torres, Virgilio Dávila, J. A. Corretjer adoptan la voz del cantor del campo como metáfora de la lucha por la tierra nativa de frente al cerco del cañaveral y la central azucarera. A tono con el gran prestigio de la décima literaria, ésta se hace también instrumento de prensa con Carmelina Vizcarrondo y Ferdinand R. Cestero que la convierten en epístolas periodísticas sobre actividades sociales, elogios, críticas y opiniones, publicadas en La Correspondencia de Puerto Rico. Por vía de este medio de masas, la décima repunta como género literario de estirpe popular.
La segunda corriente de la década que beneficia a la décima es la llegada y desarrollo de la radio a la Isla en 1922. La radio comienza programación diaria en 1928 con WKAQ y entre las década del 1930-1940 afloran estaciones en principales puntos de la Isla: WNEL (San Juan, 1934), WPRP (Ponce,1936) WPRA (Mayagüez, 1937) WPAB (Ponce,1939), WIAC (San Juan, 1942). Hasta el 1950 surgen 20 estaciones más. En 1932 inician los programas: Los Jíbaros de la Radio- el primero de sátira política en la Isla- y el programa dominical Industrias Nativas de los hermanos Córdova Chirino, ambos trasmitidos desde WKAQ. Es en éste último que se inicia el primer trovador y la primera trovadora de la radio en Puerto Rico: Jesús Sánchez Eraso (Chuíto el de Bayamón) y Natalia, siempre acompañados por el Conjunto Industrias Nativas de Ladí, don Felo y Toribio. Esta combinación de un pequeño conjunto músical de cuatro, guitarra, y güiro con un(a) cantante de géneros jíbaros y populares, incluyendo décimas, resultó atractivo como oferta musical de las estaciones de radio en una época en que las grabaciones fonográficas no eran aún de alcance popular.
Las voces de trovadoras como Ernestina Reyes, La Calandria (San Lorenzo 1925– NYC 1994) y de Priscilla Flores, La Alondra de San Lorenzo (San Lorenzo 1927–1986) fueron popularizadas en las décadas de los 1940 y 1950 por programas radiales como El Tren de la Alegría (WPRA- Mayagüez), Alegrías Campesinas (WKAQ- San Juan) y La Hora del Volante (WENA- Bayamón). En el oeste de la Isla, Luz Celenia Tirado, La Jíbara de las Lomas (Guánica 1928-) destacó también como cantante de décimas, primero cantando décimas para el capítulo diario de una radionovela, luego en el programa La Hora Campesina, ambos trasmitidos por WPRA.
La gran oleada migratoria de los campos a grandes centros urbanos de EEUU, que fuera uno de los signos del proceso de modernización de la Isla, abrió también plazas a la música campesina en ciudades como New York y Chicago. En las décadas de los 1950 y 1960 los jíbaritos de los vecindarios hispanos de New York harían largas filas para escuchar a sus ídolos de la música jíbara en el emblemático Teatro Puerto Rico, entre éstos las trovadoras Ernestina Reyes, Priscilla Flores, Nereida Maldonado, Irma Rodríguez (esposa de Ramito) y Luz Celenia Tirado, quien al día de hoy hace presentaciones, graba y enseña el elaborado arte de versificar la décima espinela. Otras se convirtieron en leyendas en los barrios latinos donde se radicaron y desde donde mantuvieron viva la tradición folclórica. Tal es el caso de la cantante y escritora de décimas Felita Oyola, La Reina del Mapeyé (Naranjito 1924-) radicada en Boston y luchadora por la preservación de la comunidad boricua de Villa Victoria.
En los 1960-1970 el movimiento hispanoamericano de la Nueva Canción y el redescubrimiento de la canción folclórica, signo del movimiento conocido como roots revival, sirvieron de estímulo a los jóvenes poetas-compositores y músicos de la época en la Isla, los que adaptaron los versos de nuestro folklore a los ritmos modernos y experimentales y compusieron música para las décimas de poetas consagrados como Llorens y Corretjer y de poetas contemporáneos reunidos en torno a la revista Guajana cuya edición No. 10 de 1968 fue totalmente dedicada a la décima. Entre este grupo de poetas universitarios destaca Angelamaría Dávila (1944-2003). Su último libro de poemas La querencia (ICP- 2006) publicado tras su muerte contiene décimas que “son muchas veces de tono contestatario, no celebratorio que Dávila escribe para reescribir textos de la tradición popular o de autores consagrados – sobre todo de Corretjer, pero desde una perspectiva feminista”, a decir de Efraín Barradas.
En las décadas más cercanas, el mayor acceso y democratización de la educación superior han hecho posible que una mayor cantidad de jóvenes de campo que crecieron escuchando décimas cantadas, adquirieran mayores destrezas del lenguaje, una mejor perspectiva y aprecio del género y mayor capacidad para manejarse en la compleja industria de la música y del espectáculo. Todo ello parece garantizar el relevo generacional de la décima popular y un papel significativo para las jóvenes trovadoras. En las décadas de 1990 y del 2000 destacan las cantautoras Yesenia Cruz, Isabel Dávila (Chavelita) y Marylin Cruz. Pero donde se luce en su mayor esplendor el género es en las trovadoras Victoria Sanabria, La Diosa de la Trova (1976-) y Leanny Jeannette Adorno (1974-), quienes reunen los tres requisitos del trovador por excelencia: voz, talento versificador y capacidad de improvisación. Sanabria y Adorno fueron las primeras mujeres en obtener el prestigioso Premio del Concurso de Trovadores Bacardí, en el 1995 y 2001, respectivamente. Lorraine Greaux es otra jovencita que augura la presencia destacada de la mujer en el escenario de la trova décimal en Puerto Rico.
El papel de la mujer como portadora de la tradición musical de la décima cantada en Puerto Rico durante el siglo 20 es un hecho contatable y conocido en los círculos de la música folclórica de Puerto Rico, pero su significacion y evaluacion, de ordinario, han sido descuidadas, por lo que este documental intentará comenzar a llenar dicho vacío documental.
Tratamiento preliminar
El primer aspecto del documental que proponemos realizar es el de las influencias de la mujer en la décima, desde sus orígenes en las jarchas medievales, según han sido documentadas por la historia de la lírica popular, hasta la décima del período barroco cuando la décima asumio la variante de la espinela, forma dominante en Puerto Rico. Este aspecto será cubierto por medio de entrevistas a especialistas en literatura medieval española y en la décima de Puerto Rico y mediante narración mínima ilustrada con visuales apropiados.
El segundo aspecto o segmento del documental tratará sobre la aportación de la mujer en Puerto Rico a la conservación y desarrollo de la décima popular cantada. Este aspecto será abordado mediante entrevistas a especialistas que comenten los documentos sobre la presencia de la décima en Puerto Rico, durante el siglo 19 y la primera mitad del siglo 20, los que serán asistidios por narración mínima e imágenes adecuadas. En este segmento la participación en cámara de las trovadoras Luz Celenia Tirado y Lenny Jeannete Adorno servirá de testimonio de dos generaciones de trovadoras que cubre el período desde que la mujer adquiere destaque en la trova decimal en la Isla a finales de la década de los 1940 hasta nuestros días. Las entrevistas a Tirado y Adorno servirán de puente entre las generaciones de trovadoras de este período, asistiendo en el relato de la participación de otras trovadoras anteriores o coetáneas, desde Clotilde Calderón en los 1910 hasta las trovadoras del presente. Estas dos trovadoras, compartirán en sus propias palabras sus perspectivas y experiencias en un mundo tradicionalmente dominado por figuras masculinas. Y serán mayormente responsables del relato sobre este segundo aspecto. Este segmento será acompañado por fotografía, documentos gráficos, material de imágenes en movimiento en los archivos públicos, de colecciones privadas y de los archivos privados de las trovadoras que serán entrevistadas. La música utilizada estará a cargo de estas dos trovadoras.
Resumen de Biografías (para entrevistas)
Luz Celenia Tirado, la Jíbara de las Lomas (Guánica 1928-) La vida de esta trovadora transcurre con las corrientes socioeconómicas del siglo 20. Nace en 1928 en una familia campestre cuando Puerto Rico era aún una sociedad agrícola. Su padre era agricultor y su madre ama de casa. Cantar fue cosa de familia, pues su madre y su tía lo hacían en parrandas y fiestas de reyes. Luz Celenia recuerda a su abuelo cantando lamentos y décimas mientras halaba su carreta de bueyes. Habiendo sido iniciada de níña en la décima, las cantó por primera vez en la radio en “La hora campesina” de WPRA en Mayagüez, actividad que alternaba con su oficio de costurera en los talleres de la Calle Santiago R. Palmer. En 1958, fluyendo con la gran corriente migratoria de puertorriqueños a ciudades de EEUU debutó en el Teatro Puerto Rico, en Nueva York. Allí se quedó a vivir, atraída por el intenso ambiente artístico hispano que se desarrollaba en la ciudad y allí, al igual que en Mayagüez combinaba las oportunidades en los escenarios de la ciudad con su vida de asalariada, empleándose en una empresa embotelladora de perfumes. Más tarde a la vez que se empleó con la BMC del mexicano Mario Hernández, hasta llegar a ocupar un puesto gerencial, también escribía boleros, valses, baladas, décimas y otros géneros músicales para los artistas del sello disquero. Desde esa época hasta el 2005 grabó una décena de álbumes. En 1971 regresó a la Isla como administradora de una tienda de discos en la Calle Cerra en Santurce. Pudo regresar a San Germán en 1975 y ocupó el puesto de directora del Departamento de Relaciones Culturales del municipio. En 1986 el gobierno municipal de New York, bajo el alcalde Edward Koch, dedicó una semana en su honor y bautizó un edificio a su nombre (145 St. y Brook en el Bronx). En la actualidad Luz Celenia maneja talleres de música campesina en San Germán para niños y jóvenes. Además de haber escrito miles de canciones ha publicado cuatro libros de décimas. Luz Celenia fue una de los cuatro trovadores que grabaron para el reciente CD: La décima de Espinel, la trova de Puerto Rico.
Lenny Jeanette Adorno (Trujillo Alto, 1974-) La más jóven de las trovadoras reconocidas es también la segunda ganadora del Concurso de Trovadores Bacardí en la historia de esa competencia. Lenny Jeannette es una improvisadora que luce con especialidad su genio en las “controversias” con varones. El arte de la trova lo recibe de su padre, el trovador Raúl Adorno y de su abuelo. A los doce años tuvo su primera presentación y a los catorce escribió su primera décima. A los 17 se inició en el retante arte de la improvisación. Su generación tuvo mayor acceso a la educación, lo que permitió a Lenny Jeannette recibir un grado superior en Comunicación. Ha ejercido en su campo como directora técnica de radio, reportera de Prensa, productora de contenido y oficial de prensa en agencias de gobierno. Lenny Jeannette cuenta con su propio grupo musical, Raíces Nativas, y con varias grabaciones en CD. También ha llevado la música jíbara a ciudades y estados donde la influencia de comunidades puertorriqueñas se hace sentir como Florida, New Jersey y Massachusetts. En el 2007 participó con éxito en el festival de décima auspiciado por el Berklee College of Music de Boston. Adorno emplea parte de su tiempo instruyedo a niños en el arte de la décima y es gestora de un taller decimal para maestros de español del Departamento de Educación.